Cómo sacar el máximo partido a la Cloración Salina para conseguir piscinas más limpias y saludables
La cloración salina ya es un sistema común en las piscinas grandes y pequeñas.
Solo necesitas saber cómo mantenerlas correctamente, para evitar fácilmente muchos problemas que podrían llegar a ser graves y caros si no se siguen algunas pautas básicas.
En esta web encontrarás toda la información relevante sobre esta tecnología, tanto si eres propietario de una piscina de sal, como si te dedicas a su instalación o mantenimiento.
¿Qué es la cloración salina?
Una piscina suele desinfectarse con cloro.
Hasta hace poco tiempo, el cloro se añadía en forma de polvo, gránulos, líquido, o pastillas.
La composición puede variar, porque a menudo se combinan distintos productos para conseguir varios efectos combinados.
En el caso de la cloración salina, se añade sal al agua de la piscina (por eso también se llama piscina de sal o de agua salada).
Las piscinas con cloración salina usan una cantidad de sal muy baja, comparada con el agua de mar.
El mar tiene una salinidad de unos 30g de sal por cada litro de agua, mientras que la cloración salina precisa de unos 5g/l.
Esta salinidad es similar a las lágrimas.
Un equipo electrónico, conocido como clorador salino, se encarga de transformar el agua salada en cloro, evitando la necesidad de tener que manipular productos químicos.
¿Cómo funciona la cloración salina?
El clorador salino se encarga de convertir el agua salada en cloro líquido, mediante una reacción conocida como electrólisis.
Sin entrar en detalles, basta con saber que al aplicar una corriente eléctrica al agua, su composición química se altera.
Al cabo de unas horas, el cloro generado se vuelve a combinar formando sal, por lo que es necesario repetir la cloración durante algunas horas diarias.
Lo normal es que el clorador funcione a la vez que la depuradora.
¿Qué ventajas tiene la cloración salina?
Este sistema de desinfección del agua tiene muchas ventajas.
Las más evidentes son:
- Facilidad de uso al no tener que comprar ni usar cloro en polvo, pastillas o líquido
- Seguridad al evitar transportar, almacenar y manipular productos químicos
- Mayor desinfección del agua, porque en la célula cloradora se producen gases como el ozono, que tienen un poder desinfectante muy alto
- Menos manchas en la piscina, sobre todo si cae cloro sin diluir en el fondo de una piscina de poliester o liner
- Menor necesidad de atención, al evitar tener que estar midiendo y añadiendo productos periódicamente
- Menos posibilidades de que se produzca una hipercloración, es decir un nivel de cloro muy alto que pueda suponer problemas a las personas
- En muchos casos la sal del agua ahuyenta a insectos como las abejas, lo que en algunas zonas puede llegar a ser muy importante
¿La cloración salina tiene inconvenientes?
Por supuesto.
Esto es algo que se suele ignorar por motivos comerciales, pero aquí estamos para conocer lo bueno y lo malo.
- La cloración salina eleva el pH, por lo que siempre es necesario instalar un sistema de regulación automática del pH, con su consiguiente depósito de ácido reductor o aminorador de pH (también conocido como pH-)
- El agua salada es más oxidante, por lo que si las tuberías son metálicas (en instalaciones muy antiguas) pueden desprender óxido al agua
- Si las escaleras o accesorios de acero inoxidable no son de buena calidad sufrirán un deterioro estético
- Aunque no sea tan habitual como en piscinas convencionales, sigue siendo necesario medir el cloro y el pH periódicamente para verificar que todo funciona correctamente
- Los electrodos de la célula electrolítica sufren cierto desgaste debido a la corrosión que se produce durante la electrólisis, por lo que hay que reemplazarlos cada cierto tiempo, y no son nada baratos
- Si el agua tiene mucha cal, la célula se ensucia rápidamente, aumentando el desgaste y la necesidad de limpiarla manualmente
- Si se usa agua de pozo o con un alto contenido en minerales, éstos también reaccionan con la electrólisis, produciéndose efectos incontrolables, que pueden ocasionar que no se genere cloro o que el agua tenga un color feo
¿Es recomendable instalar un clorador salino?
Depende de cada situación.
La cloración salina es uno de los sistemas más limpios, cómodos y eficientes de tratar el agua de una piscina.
Cuando la calidad del agua y la instalación lo permite, es seguramente el mejor sistema.
Simplemente se trata de no engañarnos, o engañar al cliente, y evitar instalar este sistema cuando la calidad del agua no es la adecuada.
¿Qué alternativas hay?
Cuando la cloración salina no es viable, o creemos que puede provocar problemas imprevistos, por ejemplo cuando el agua es de pozo, hay otros sistemas recomendados:
Dosificador de cloro líquido con sonda redox
Es un sistema que bombea cloro líquido al agua de la piscina solamente cuando el nivel medido es inferior al programado.
La calidad del agua es muy similar a la de la cloración salina.
El principal inconveniente es tener que estar rellenando el depósito de cloro líquido, o cambiando la garrafa.
El cloro líquido es hipoclorito sódico (lejía), igual que el producto que se genera tras la electrólisis en la cloración salina.
Dosificador de cloro líquido sin sonda
Este sistema es mucho más económico que el anterior.
Lo que se hace es ajustar una bomba dosificadora para que bombee una cierta cantidad de cloro líquido cada cierto tiempo.
Este ajuste debe hacerse cuidadosamente, midiendo varias veces al día los niveles de cloro en la piscina, y reajustando la dosis hasta encontrar el equilibrio.
Es una solución muy adecuada si tienes conocimientos y te habituas a verificar y reajustar los equipos cada pocos días.
Este sistema suele dar bastantes problemas cuando la climatología es muy variable.
Tras varios días de sol fuerte puede caer el nivel de cloro, y por el contrario tras varios días de nubes puede aumentar.
En el caso de lluvias también puede caer, y otras muchas circunstancias.
Por eso hay que tener muy claro que esta opción necesita una supervisión constante.
Cloro en pastillas multifunción
Las pastillas son muy cómodas de usar, porque se diluyen lentamente, y eso permite que no debamos preocuparnos constantemente de los productos químicos.
El problema suele estar en su composición, y también en la forma de usarlas.
Respecto al uso de pastillas de cloro multifunción, debemos medir periódicamente los niveles de cloro y pH del agua, para ver si hay que aumentar o reducir la cantidad de pastillas que colocamos.
Es muy importante tener en cuenta la composición de las pastillas, porque comercialmente parece que una pastilla de 8 funciones es mejor que una de 3.
En realidad ocurre justo lo contrario.
Cuantas más funciones tienen las pastillas, más cantidad de químicos aportamos al agua, y probablemente menos cantidad de cloro.
Pueden contener reductor de pH, floculante, antialgas, estabilizador de cloro, antical, etc.
Depende de cada fabricante.
Cuanto más químicos el agua es menos saludable
Lo ideal sería que el agua no contenga ningún producto químico.
Pero en la práctica esto no es posible, ni tampoco recomendable.
Un agua muy sana para nosotros también lo será para las algas, las bacterias o los virus.
Por eso hay que añadir un elemento que desinfecte el agua de microorganismos que pueden perjudicarnos.
La cantidad debe ser la imprescindible para no perjudicar a las personas más delicadas, como los niños, o personas con piel atópica, por ejemplo.
¿Cuál es el mejor clorador salino?
Existen muchas marcas y modelos de cloradores salinos.
Sus diferencias son enormes, aunque por fuera sean muy parecidos.
En la práctica, hay dos factores que afectan directamente al precio, que pueden servir de orientación:
- La cantidad de cloro que producen, normalmente expresada en gramos de gas por hora (g/h)
- La calidad y durabilidad de los electrodos de la célula cloradora
Por ejemplo, Innowater es una marca que fabrica electrodos muy duraderos.
Sus precios son proporcionales a la cantidad de cloro generada:
Si al comprar un equipo elegimos un modelo que genere menos cantidad de cloro de la necesaria, vamos a tener muchos problemas.
Será necesario hacerlo trabajar durante demasiadas horas.
Puede que la calidad del agua no sea buena, o se ponga verde con facilidad.
También estaremos forzando los electrodos, con lo que en poco tiempo habrá que cambiar la célula.
Como ves, equivocarte en esta elección puede salirte caro.
Una vez que sabemos qué cantidad de cloro necesitamos, hay que escoger un fabricante cuyas células cloradoras sean muy duraderas.
Así tardaremos muchos años en tener que sustituirlas.
Merece la pena pagar más dinero para comprar un clorador salino de alta calidad, en lugar de tener que estar cambiando la célula cada dos o tres años sin conseguir nunca un agua completamente perfecta.
En el caso de AstralPool, los equipos son algo más económicos que los de Innowater, pero la duración de las células suele ser mucho menor.
Como ves, la decisión sobre el equipo a instalar es muy importante, si quieres evitar preocuparte de este tema durante muchos años.
¿Es necesario instalar un regulador de pH automático?
Sí.
Siempre.
Sin excusa.
Algunos instaladores no montan ningún dispositivo para regular el pH de la piscinas de forma automática.
Esta es una mala praxis.
La electrólisis que provoca la cloración salina produce un aumento del pH.
Este aumento es constante, mientras el clorador está funcionando.
Por lo tanto, es necesario compensar este aumento añadiendo un ácido al agua para reducir el pH.
Se podría dosificar manualmente, pero es peligroso manipular ácidos.
Es una operación que debería realizarse a diario, así que supone muchas molestias, además del peligro de manipular el ácido cada día.
Lo ideal es instalar un regulador automático de pH, que inyecte el ácido a la instalación únicamente cuando sea necesario.
El regulador automático de pH necesita una garrafa de líquido reductor de pH.
Este reductor, también conocido como aminorador de pH, o como pH- (se pronuncia «PH menos»), está compuesto por agua y un tipo de ácido.
Estos tipos pueden ser ácido sulfúrico, ácido clorhídrico, ácido cítrico, y otros menos comunes.
El ácido cítrico no está recomendado para piscinas con cloración salina.
El ácido sulfúrico tiene una reacción más lenta, por lo que es más seguro y resulta el más apropiado para su uso en piscinas.
El ácido clorhídrico, también conocido como ácido muriático o salfumant, puede usarse perfectamente, pero al ser más reactivo es más peligroso de usar y transportar.
La principal diferencia entre distintos reductores de pH que usan el mismo tipo de ácido suele estar en su concentración.
Es difícil encontrar su composición y porcentaje de concentración en las etiquetas, por lo que a veces tendrás que buscar su ficha de seguridad.
Cómo añadir la sal al agua correctamente
Lo primero es calcular cuánta cantidad de sal hay que añadir.
El nivel adecuado debe estar especificado en el manual del equipo clorador.
Si la piscina no tiene sal, hay que añadir la cantidad indicada por el fabricante.
Si el agua ya tiene una parte de sal, hay que medir su concentración, y después calcular la cantidad necesaria para alcanzar el nivel recomendado.
A la hora de añadir la sal, el clorador salino debe estar desactivado.
Es conveniente que la depuradora esté en marcha para facilitar la disolución de la sal.
A la hora de vaciar los sacos de sal dentro del agua de la piscina, es conveniente hacerlo poco a poco.
Un truco es hacer un agujero pequeño en el saco, para que en vez de caer todo de golpe, se forme como un chorro de sal.
Hay que dejarla caer despacio, moviendo el saco para repartir bien la sal, evitando que quede amontonada en el fondo de la piscina.
Una vez que se ha añadido toda la sal, se puede usar el barrefondos manual para ayudar a sehacer los montones que hayan podido quedar.
Es normal que se forme algo de espuma en la superficie, o que el agua se ponga algo turbia.
Una vez que nos hemos asegurado de que toda la sal está bien diluida, podemos volver a activar el clorador salino.
Si la sal no es de buena calidad, puede ser necesario hacer algún lavado del filtro de arena para eliminar la suciedad.
¿Cómo se instala un clorador salino?
La instalación de un equipo de cloración salina debe ser ejecutada por un profesional.
Si el propietario o la propietaria de la piscina quiere, puede hacer la instalación.
Hay que tener en cuenta que la instalación requiere conocimientos y experiencia en fontanería, electricidad, y a veces hasta saber inglés para entender los manuales del fabricante.
Si se cometen errores, las consecuencias pueden ser peligrosas para las personas y caras de reparar.
Por eso solo hay que atreverse si se sabe muy bien lo que se está haciendo.
Lo primero es entender en qué punto de la instalación se montan los nuevos elementos.
La célula de cloración salina debe montarse en el tubo de retorno al vaso, después de que el agua haya pasado por la bomba y el filtro.
Cada modelo tiene algunas particularidades, algunas de ellas poco documentadas, como las trampas de gas o sensores de caudal.
Si la célula no se monta en la posición y con la orientación correcta, puede funcionar mal o provocar deterioro en otros elementos, como el filtro de arena.
Seguramente habrá que cortar y pegar la tubería de PVC, instalando accesorios como codos, manguitos, etc.
El PVC debe ser siempre para alta presión, y al adhesivo de alta calidad.
¿Cómo se instala un regulador automático de pH?
La bomba dosificadora de pH suele ser más sencilla de instalar, porque normalmente no se requiere cortar y pegar tubos.
Suelen usarse abrazaderas que se acoplan a la tubería.
Lo más importante respecto a la posición de cada elemento es:
- La sonda de medición debe estar montada a la salida del filtro (antes de la célula de cloración salina)
- El tubo de inyección de ácido debe estar al final de todos los elementos (tras la célula de cloración salina)
Si este orden no es correcto, tendremos muchos problemas de funcionamiento y daños en los equipos.
Dependiendo de la instalación, es posible que deban realizarse adaptaciones de tamaños de tuberías, bypass, y otras modificaciones.
Mantenimiento de una piscina con cloración salina
El mantenimiento de piscinas de sal no es muy distinto de las instalaciones convencionales.
Lo más importante, incluso aunque todo esté funcionando correctamente, es medir el agua periódicamente.
Si la sonda de Ph del regulador automático se descalibra, el agua de la piscina puede alcanzar un pH muy bajo peligroso para las personas y corrosivo para todos los elementos de obra (gresite, azulejos, cemento…).
Si el clorador salino deja de generar cloro, las algas se desarrollan rápidamente y el agua se vuelve verde.
Así que merece la pena vigilar el estado del agua, al menos cada dos o tres días.
Si surge un problema, lo detectaremos antes de que los daños sean graves.
Además de prevenir problemas, medir el agua periódicamente ayuda a conocer la instalación.
Cada piscina es distinta, según su tamaño, forma, cantidad de agua, horas de sol que recibe, vegetación cercana, bañistas, y otros factores.
Si sabemos cómo afecta a los niveles químicos la exposición al sol o las lluvias, por ejemplo, podremos reajustar los equipos cada vez que sea necesario.
Incluso en instalaciones que funcionan perfectamente, es posible que tras varios días de sol intenso o tras una fuerte lluvia, el agua se ponga verde.
¿Qué productos adicionales necesita una piscina con cloración salina?
Ninguno.
Bueno, en la práctica debemos decir que los menos posibles.
Añadir productos químicos al agua de forma preventiva no es la opción más saludable.
Es muy difícil conseguir que el agua esté totalmente transparente sin usar floculantes u otros productos.
Pero es preferible tener un agua ligeramente turbia si eso implica que no hay productos innecesarios.
Con una buena depuradora, un clorador salino y un regulador automátrico de pH el agua puede estar perfecta.
En el caso de que un problema puntual provoque el agua se vuelva muy turbia o verde, no queda más remedio que usar otros productos.
Estos deben usarse de forma puntual, como tratamientos de choque, y dejar de usarlos cuando hayamos recuperado el agua.
Recientemente se están sustituyendo los productos más nocivos por alternativas ecológicas.
Es el caso del floculante o clarificador, que antes solo se podía encontrar a base de sulfato de aluminio.
Actualmente hay otros compuestos más naturales, a base de chitosán (cáscaras de crustáceos), que son mucho menos perjudiciales.
Hay que tener en cuenta que el floculante hace que el agua sea más «pegajosa».
Esto hace que el cabello se apelmace o enrede con mayor facilidad.
Los casos más drásticos de sobredosis de floculante pueden provocar que la arena del filtro quede apelmazada, como si fuera cemento seco.
En casos muy extremos, ha sido necesario romper la arena a martillazos.
Por lo tanto, el floculante solo debe ser usado puntualmente cuando hay restos de suciedad en el agua que no pueden eliminarse con el filtro de arena ni con un equipo limpiafondos.
Cómo solucionar el agua verde (algas)
Otro producto químico que puede ser necesario en casos puntuales es el alguicida o antialgas.
Su misión es matar a las algas y deteriorar sus raíces.
Lo normal en una piscina saludable es que hayan algas microscópicas en el agua.
No se ven si se perciben, pero están ahí.
El cloro evita que las algas se reproduzcan, pero si el nivel cae durante varios días, el agua empieza a verse de color verdoso.
Si al subir de nuevo el cloro no desaparecen, hay que usar un producto que acelere el proceso.
En este caso se aplica un antialgas como tratamiento de choque, que aparte de matar a las algas destruye sus raíces, que podrían debilitar superficialmente las paredes de la piscina.
Una gran parte de productos antialgas están compuestos por sulfato de cobre, que no es muy saludable en grandes cantidades, por eso no debe abusarse ni añadirlo constantemente.
También se usan otras formulaciones a base de amonio cuaternario y otros productos antimicrobianos.
Suele ser complicado encontrar la composición o sus principales componentes en las etiquetas, por lo que no podemos saber fácilmente sus riesgos cuando se ha usado durante mucho tiempo.
Debes conocer el funcionamiento para manteneras correctamente
A la hora de hacer el mantenimiento de una piscina, ya sea tuya o de tu cliente, debes conocerla.
Entender cómo funciona un cloradosr salino, la química básica del agua, y las principales operaciones de mantenimiento te permitirán obtener los mejores resultados.
Un agua lo más limpia y saludable posible, para que niños y mayores puedan disfrutar con seguridad.
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