
Ahora que se acerca la temporada de baños, al menos en Andalucía, donde las lluvias de primavera tienen los días contados, me parece muy oportuno hacer algunas reflexiones sobre la cloración salina.
Sobre todo porque, si buscas opiniones en foros y otras fuentes de inteligencia colectiva, puedes tener ideas muy alejadas de la realidad sobre esta tecnología.
En primer lugar, recordaremos en qué consiste la cloración salina.
Se trata de un proceso en el cual se añade sal común (cloruro sódico) al agua de una piscina, y mediante un aparato eléctrico se separan el cloro del sodio (la reacción es algo más compleja, puedes verla más detallada en mi artículo cómo funciona la cloración salina).
El cloro desinfecta el agua, y vuelve a combinarse con el sodio, repitiéndose el ciclo indefinidamente.
En algunos foros he visto comentarios de «expertos» que critican a este sistema con argumentos tan absurdos como que «el agua salada no se puede verter al desagüe, aunque creo que eso no se controla mucho, y esto es porque es muy dañina para la vegetación», a lo que el administrador del foro contesta «¡Exacto! es un tema que se deberia regular por parte de la administracion».
En fin, que todo el mundo opina y entiende, y disimula sus intereses comerciales con argumentos pseudocientíficos.
Yo voy a dar mi opinión en base a mi experiencia y al diálogo con los usuarios de este sistema.
Por cierto, la concentración salina en una piscina de este tipo es de 4-6gr/l, es decir alrededor del 0,5%, y a las plantas de la orilla les encanta.
Fidestec instala y repara cloradores salinos y reguladores automáticos de PH.
Eso hace que tenga intereses comerciales.
Sin embargo, sé que mentir a un cliente solamente sirve para crear problemas posteriores, porque éste sufrirá las consecuencias y acabará por pedirnos cuentas, o lo que es peor, criticando a nuestra marca.
Es cierto que la calidad del agua afecta bastante al rendimiento de un equipo de cloración salina.
Sobre todo el alto contenido en cal y sales minerales, así que el agua de manantial o pozo debería ser tratada justo después de llenar la piscina.
Es recomendable utilizar sólo agua corriente.
Los minerales contenidos en el agua suelen crear sedimentos sobre la célula cloradora, disminuyendo su rendimiento y obligando a realizar un mayor número de limpiezas, aumentando el consumo de electricidad y el desgaste.
Además, se consumirá una mayor cantidad de reductor de PH, porque las salen lo neutralizan.
También se pueden ver comentarios acerca de que la sal deja manchas en los bordes de la piscina, pero no es así.
En piscinas con el agua blanda no aparecen marcas, mientras que con aguas duras las marcas son muy evidentes.
Por lo tanto las manchas están provocadas por la cal, y no por la sal.
La elección del equipo clorador es crítica.
Pide siempre consejo a expertos. La experiencia me ha demostrado que los fabricantes han creado sus primeros modelos con mayor o menor acierto, y cada vez que presentan un producto nuevo se nota un gran aumento en su calidad.
Si alguien te dice que su equipo le dio muchos problemas hace cinco años, seguramente con un equipo de última generación quedaría encantado.
Aunque yo tengo a alguna marca en mi lista negra, no diré nombres porque estoy seguro de que habrá mejorado lo suficiente, sin embargo no me arriesgaré a recomendarla a mis clientes, por el momento.
Un factor esencial que puede determinar el éxito o el fracaso en un sistema de cloración es el dimensionado de la instalación.
Los equipos cloradores son caros. Están fabricados con materiales como el titanio y el óxido de platino, y contienen un miniordenador, así que no pueden ser mucho más económicos.
Si cometemos el error de montar un modelo de menor capacidad, intentando ahorrar en el gasto inicial, probablemente debemos consumir mayor cantidad de electricidad, desgastemos antes la célula cloradora, incluso es posible que debamos añadir productos químicos en los días más soleados y calurosos, porque producimos menos cloro del que se destruye a causa del sol.
Otro consejo es que nunca montes un sistema de cloración sin regulación automática de PH, o deberás medir el agua diariamente y agregar productos muy corrosivos a mano.
Aquí se cumpliría plenamente el dicho de que lo barato sale caro.

Mi experiencia y la de mis clientes me permiten afirmar sin temor a equivocarme que el único inconveniente de los sistemas de cloración salina es el gasto inicial.
El mantenimiento es mucho menor que la cloración tradicional, y la calidad del agua es incomparable.
La piel no se reseca ni queda tirante, el pelo no se quema ni apelmaza, los ojos no se enrojecen, y las abejas no se acercan (desconozco la explicación científica pero es un hecho constatado por los clientes que han convivido con los dos sistemas).
No necesitas ducharte cada vez que sales del agua para eliminar el cloro.
Otro detalle que no es consecuencia directa del cloro, sino de la sal, es que el agua ligeramente salada hace que la presión osmótica sobre la piel sea menor, mejorando la sensación de bienestar y reduciendo la absorción de productos químicos a través suyo.
Respecto al mantenimiento, con un sistema bien dimensionado y con agua sin demasiada cal, las mediciones del agua solo deben realizarse como recomendación, para verificar que todo funciona correctamente.
Con una o dos veces por semana es suficiente. El único producto químico que debe comprarse es el reductor del PH, en circunstancias normales una vez al año.
Respecto a la sal, solamente debe añadirse cada tres o cuatro años, salvo que se realicen vaciados o lavados con descarga al desagüe de forma habitual, por ejemplo en zonas de árboles donde cae gran cantidad de hojas y polen.
Por último, voy a referirme a las averías, que existen, como en cualquier aparato.
Es cierto que los equipos más antiguos se averiaban con mayor facilidad.
Su tecnología era más básica, con alimentaciones lineales y componentes de gran tamaño.
Además, los electrodos de las células cloradoras se desgastaban antes.
En los equipos más nuevos, se incluyen sistemas como alimentadores conmutados, regulación por microcontrolador, autolimpieza del electrodo, y además se ha optimizado el consumo eléctrico, generando más cloro con menos energía.
La mayor parte de las averías en equipos fabricados en los últimos cinco años fueron producidas por subidas de tensión de la red eléctrica (cubiertas por el seguro de la vivienda).
Además, en algún caso el mismo equipo se averió dos veces en menos de dos años.
Después de montar un filtro de red, no han vuelto a fallar.
Siempre recomiendo que se instale un filtro en zonas con problemas en la red eléctrica, aunque sus propietarios ya suelen estar concienciados, porque han sufrido varias muertes prematuras de sus electrodomésticos.
Otra avería muy común es el desgaste de la sonda que mide el PH del agua. Este problema se produce habitualmente por una pequeña fuga que no se ha detectado, haciendo que entre aire en los tubos.
La sonda debe estar siempre sumergida. Si queda al aire se deteriora en pocos meses. Solamente observando que los tubos de agua no se vacíen cuando la depuradora está desconectada prevenimos este problema.
Por supuesto hay otras averías, pero son pocas y no siguen patrones comunes, por lo que no puedo explicarlas como algo general.
Aunque me he extendido un poco, creo que queda claro mi punto de vista con datos objetivos, incluso me atrevo a decir algo más.
Todavía no he encontrado a ningún cliente que haya renunciado a la cloración salina.
Incluso si ha tenido que comprar un equipo nuevo por una avería importante, ha preferido mantener este sistema en lugar de volver a la cloración manual.
Si el tema de la cloración salina te interesa mucho, te recomiendo mi libro secretos de la cloración salina, en el que te cuento cómo funcionan, se instalan y se mantienen los sistemas de cloración salina.
Y si quieres más información, puedo darte los datos de un distribuidor con el que colaboro habitualmente.
Si vives en la zona de Sevilla, Córdoba, Huelva o Valencia puedes acudir a ellos.
Son grandes expertos, y trabajan con fabricantes de calidad más que contrastada. Esta es su dirección http://www.perchan.com/piscinas
Si te ha gustado este artículo y quieres más información, suscríbete ahora.
También puedes encontrar más información relacionada en el blog.
Ya sabes, opina, comparte, comenta o pídeme más información. Para eso estamos.