Hoy quiero compartir contigo lo que aprendí con la avería de un regulador automático de PH, también conocido como bomba dosificadora de PH, o dosificador de PH. Aparentemente, el origen no guardaba relación con los síntomas, así que me ayudó la casualidad.
Este dispositivo es un regulador industrial genérico, tiene sensores, actuadores, interfaz hombre-máquina, y un circuito electrónico que lo gestiona todo.
A la entrada se conecta una sonda de medición del PH. Cuando el valor aumenta y se aleja del setpoint (valor programado) el circuito activa una bomba que extrae ácido de una garrafa y lo inyecta en el circuito de una piscina. Así se reduce el valor del PH hasta coincidir de nuevo con el set point, dejando de bombear.
Además, el equipo dispone de otra entrada auxiliar, conectada a un sensor de nivel. Éste se sumerge en el ácido de la garrafa, y gracias a un flotador magnético, es capaz de detectar si la garrafa está vacía. Así evita aspirar aire.
Vamos a detallar la avería.
Síntomas
El regulador de PH es de la marca Seko, modelo DPR. Está instalado en una piscina privada. Se montó junto a un clorador salino Natural Chlor SMC30, hace algunos años.
Al medir el PH de la piscina mediante líquidos reactivos, el valor obtenido es muy distinto al indicado en la pantalla del regulador.
Pruebas realizadas
Se calibra la sonda de medición del PH sin éxito. El equipo muestra un error durante la calibración, no permitiendo finalizarla.
Se acude al domicilio en una visita posterior, con una sonda nueva.
Se calibra la sonda con la depuradora detenida. Al sustituir la sonda y calibrarla, los valores son correctos. Sin embargo, al arrancar la bomba, el valor indicado en pantalla varía.
Se comprueba la estanqueidad del circuito y se elimina el aire, para evitar que la sonda quede fuera del agua durante el funcionamiento.
Se verifican las tomas de tierra de los equipos electrónicos y de la bomba, para descartar derivaciones eléctricas. Todo es correcto.
Se retira el tubo de aspiración de la garrafa de ácido y ¡¡¡el valor indicado varía!!!
Al limpiar el sensor averiado y observarlo detenidamente, se advierte que está agrietado.
Diagnóstico
El sensor de nivel ha sido dañado por el ácido, agrietando la cubierta y entrando en contacto con la parte eléctrica. Sea por derivación, o por los efectos electroquímicos del ácido, el circuito no funcionaba correctamente. Una vez que se repuso el aislamiento, quedó corregido.
Esta avería no supuso ningún riesgo eléctrico, puesto que el sensor trabaja con una señal débil, incapaz de producir daños en las personas.
Este tipo de sensores está preparado para soportar la agresividad del ácido. Sin embargo, es muy difícil prevenir totalmente la corrosión.
Tratamiento
Se desconecta el cable del sensor de nivel y se vuelve a calibrar la sonda. Una vez calibrada, se vuelve a poner en marcha el sistema, funcionando todo perfectamente.
En una visita posterior se acude con un sensor de nivel nuevo, se sustituye y queda funcionando definitivamente.
Si se hubiese dejado el sensor desconectado no habría afectado al funcionamiento del equipo, pero en caso de quedarse vacía la garrafa, la bomba hubiese tomado aire, complicando después su puesta en marcha tras reponer el ácido.
Medidas de seguridad
Cualquier trabajo que implique manipular ácido, debe tomarse con mucho respeto. Los reductores de PH líquidos están basados en ácido clorhídrico o ácido sulfúrico, y su concentración es bastante elevada.
Primeramente, utiliza siempre guantes de plástico (yo uso guantes vinílicos desechables). Ponte ropa gruesa, que puedas quitarte rápidamente si te cae ácido, así evitarás que llegue a la piel.
Yo utilizo gafas, por lo que es difícil que una salpicadura accidental llegue a entrar en contacto con los ojos. Si no llevas gafas normalmente, usa unas de seguridad. Piensa que una salpicadura en el ojo es muy dañina. Si a pesar de todo te entrase ácido, mete rápidamente la cabeza en la piscina con los ojos abiertos. Si puedes buscar un chorro de agua corriente úsalo. El tiempo que tardes en eliminar el ácido de tu ojo es crucial. Lávalo durante veinte minutos. Después acude al médico, para que se asegure de que todo está bien. Puede que te recete algún producto preventivo, aunque no observe daños.
Aunque no hayas tocado el ácido directamente, lávate bien después. Hay zonas del cuerpo (sobre todo en las manos) donde no se aprecia dolor o escozor, pero la quemadura producida dará la cara al cabo de unas horas.
Piensa que una quemadura química es peor que las producidas por calor. Cuando la fuente de calor desaparece, el daño se detiene. En el caso de los productos químicos, la quemadura va avanzando hasta eliminar totalmente el producto.
Comentarios
Es difícil asociar la causa con el efecto en este caso. Muchas veces se trata de observar el comportamiento de todos los componentes para descubrir alguna anomalía que sirva como pista para resolver el problema. Una de las ventajas de reparar estos sistemas es que no son demasiado complejos, y sus partes están bien delimitadas. En máquinas con un número mayor de elementos, se podría haber complicado bastante.
Descubrí la causa por casualidad, pero si no hubiese estado atento podría haberla pasado por alto.
Esta avería la he vuelto a ver un par de veces. Así que el tiempo empleado me sirvió para resolver las otras rápidamente.
Quizás un técnico menos curioso hubiese determinado que el circuito electrónico estaba dañado, pudiendo llegar a sustituir el equipo completo.
Por supuesto, cuando dejé el equipo funcionando, no podía borrarme la sonrisa de la cara. Cuanto más cosas reparo, más sonrío. Me encanta mi trabajo.
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